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  • Foto del escritorDaniel Castro Adrianzén

El sólido poder del entusiasmo


Liderar es influenciar a los demás. El entusiasmo es un poderoso influencer.

Durante una sesión de coaching que tuve hace algunos meses, la persona con la que estaba trabajando me dijo que una de sus fortalezas era su capacidad de asombro. Se asombraba con cosas que la mayoría de personas pasaba por alto o había dejado de valorar. Conforme iba describiendo como se sentía cuando veía una pintura o cuando caminaba por el parque, llegó a la conclusión que era afortunada al tener elevado entusiasmo.

El entusiasmo fue puesto de manifiesto allá por la década del 30 del siglo pasado cuando Napoleón Hill lo destacó como uno de los 17 principios básicos para el éxito. Han concordado autores como Stephen Covey, Viktor Frankl, James Allen y más.

El entusiasmo es aquella capacidad para ver lo extraordinario dentro de lo ordinario. Es la exaltación del ánimo al maravillarse con facilidad, por experiencias consideradas cotidianas. Ser entusiasta es amar la vida.

Aquí cabe hacer una diferencia. El entusiasmo puede ser negativo o positivo. El entusiasmo negativo se aprecia en aquellas personas que les gusta criticar y quejarse, y ello termina contagiando a los que la rodean, creando ese clima de soberbia o victimismo. Se trata de una persona entusiasta, con ganas de hacer cosas, pero enfocada en lo negativo.

El entusiasmo positivo es el entusiasmo tal como lo percibimos. Se aprecia en aquellas personas que valoran lo cotidiano, lo gratis, lo normal. Personas que se ilusionan por cosas que la mayoría pasa por alto. Este entusiasmo positivo es muy contagioso.

Una persona con alto entusiasmo positivo es un líder nato, pues influencia con su energía a los demás, quienes se sentirán atraídos por la forma de expresar sus ideas.


Cuando una persona vende sus ideas con entusiasmo, es muy probable que se las compren. A nivel laboral, presentar un proyecto convencido de su viabilidad y éxito, hará que los otros vean seguridad y certeza.

Una persona con elevado entusiasmo tiene muchas posibilidades de conseguir sus objetivos. Si transmite entusiasmo al pedir una cita, una inversión, en una entrevista de trabajo, al presentar una propuesta, al gestionar un proyecto, etc, tiene muchas probabilidades de lograr el éxito, ya que el entusiasmo vincula emocionalmente con los demás. Si consigue expresar entusiasmo, la otra persona verá pasión y confianza.

Masaru Emoto fue un científico japonés que hizo experimentos que demostraron que el poder de las palabras y entonaciones surten efectos físicos en el agua. Al poner un pomo con agua dentro del congelador, con un mensaje escrito que decía “amor”, el agua posteriormente congelada se convertía en cristales preciosos.

Por otro lado, cuando ponía agua de la misma fuente en el mismo congelador, pero con el mensaje escrito “odio”, los cristales formados por el agua congelada dentro del pomo, eran realmente feos.

Lo hizo también con música y entonaciones orales. Los resultados eran los mismos. Ello demostró el poder de las palabras, sonidos y actitudes que tienen en el agua. Y las personas somos un alto porcentaje de agua.

Pocas cosas podrán superar al entusiasta, pues cuando se cae, se levanta con rapidez y ganas de ir de nuevo. Y aquí entrará el poder que tiene el entusiasmo para la perseverancia. Una persona entusiasta persevera con mayor facilidad, le costará poco seguir intentando pues lo hace con muchas ganas.

La vida puede tener muchas adversidades, pero si las tomamos con entusiasmo (alegría, ganas, curiosidad) son más llevaderas y transformadoras.

Pero el entusiasmo es un tipo de emoción mixta ¿Cómo puedo hacer si no soy entusiasta? ¿Qué pasa si no siento entusiasmo en el momento oportuno?

Las emociones no nos deberían controlar, somos nosotros quienes podemos dominar e impulsar nuestros estados emocionales.

En una de mis dinámicas, les entrego a los participantes una caja de zapatos, con la consigna que luego de 2 meses, lleguen a amar a esa caja. Las primeras miradas de extrañeza se disuelven con preguntas ¿cómo lo hago? - No lo sé, respondo ¿Cuál es el proceso que te lleva a enamorarte de una persona?

Luego de 2 meses regresan con las cajas, forradas, dibujadas, pintadas, con refuerzo de cinta, con pañuelos dentro y una serie de compartimientos para los teléfonos, cargadores, controles, y un sinfín de cosas que tienen dentro. Se transformaron en cajas realmente hermosas, prácticas y acogedoras. Aprendieron a amar una caja de zapatos y este amor hizo que apreciemos las simples cajas de zapatos como algo realmente valioso y hermoso.

Cuando alguien va al gimnasio y transforma su cuerpo, lo hace con la reeducación del músculo, a través de las repeticiones. A más trabajo, mayor crecimiento muscular.

Cuando aprendimos en el colegio los ríos, la tabla periódica, las de multiplicar, las reglas del lenguaje, lo hicimos a través de la repetición.

De la misma forma, nuestro cerebro puede modificar sus estructuras neuronales a través de la repetición, como si de un músculo se tratara, a través de un proceso que se llama neuroplasticidad. Como si el cerebro fuera plastilina y le vamos de a pocos, dando forma.

Esto quiere decir que nuestro cerebro no es estático, sino que puede ser modificado, entre otras formas, a través del ejercicio mental de la repetición de la acción. Crear nuevos hábitos, primero forzándolos, y luego sintiéndolos.

Si no eres una persona entusiasta, pero te gustaría serlo, puedes reeducar tu sistema límbico.

Para desarrollar tu entusiasmo, empieza forzándolo, actuándolo, ordenándole a tu cerebro que eres entusiasmo puro y repitiéndolo tantas veces hasta crear nuevas redes neuronales que luego actuarán por si solas, convirtiéndote en una persona naturalmente entusiasta.

Es decir, habrás creado el hábito de ser entusiasta.

No hay que ser sujetos pasivos de nuestro cerebro, está ahí para recibir y ejecutar nuestras órdenes. Si le decimos, obedecerá.

No es nuestro general, es nuestro soldado.

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